Antigua, Pontificia y Franciscana Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Fundación y Nuestra Señora de los Ángeles. (Los Negritos)

Capilla de los Ángeles

La Virgen de los Ángeles presenta tallados el rostro y las manos. Se trata de una imagen de autor anónimo del siglo XVII, aunque ha sufrido varias restauraciones que han alterado su aspecto original. Entre las intervenciones podemos mencionar la que realizó Juan Miguel Sánchez en 1955, quien la encarnó de nuevo. Más recientemente, en 1984, Antonio Dubé de Luque la retocó. Fruto de esta intervención son los labios entreabiertos que presenta en la actualidad la Dolorosa.
Ciñe sus sienes una original corona de plata sobredorada, en la que se entremezclan piedras de lapislázuli de un color celeste muy característico. Fue diseñada por Juan Miguel Sánchez y labrada por Manuel Román Seco en 1970. En la ráfaga de esta corona ondea una cinta en la que figura la leyenda REGINA ANGELORUM.

Tanto el palio como el manto procesional de la Virgen fueron diseñados por Juan Miguel Sánchez y bordados en el taller de las RR. MM. Trinitarias. El manto en tisú de color celeste, con original ornamentación de palmas, estrellas, acantos, ángeles mancebos con carnes de marfil, circundado por guardilla del mismo estilo y cabecitas aladas de ángeles asimismo en eboraria (1961). El palio es de corte rectilíneo por el superior en crestería ingleteada bordada, siendo el soporte de su conjunto el tisú, las bambalinas de malla romboidal y colgantes semicirculares, pendiendo fleco de cordoncillo de oro; en el frontal aparece el escudo de la hermandad asido por ángeles tenantes, con carnación de marfil; en el techo puede apreciarse en la gloria una paloma del Espíritu Santo (1964).
El boceto del paso de palio fue aprobado en junta el 4 de mayo de 1958 " por su acierto, buen gusto, originalidad y arte".
El juego de varales fue realizado por Manuel Román Seco en 1964. Los candelabros de guardabrisas situados entre los dos últimos varales, carentes de cola y con ocho luces se deben a Fernando Marmolejo Camargo en 1961. Ambas piezas fueron diseñadas igualmente por Juan Miguel Sánchez.