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Obra
de Francisco Dionisio de Ribas entre 1656 y1662. Según el contrato
inicial para ocupar la hornacina central del segundo cuerpo se debía
tallar la imagen de la Virgen representada en el misterio de la Asunción.
No obstante, como era habitual en el taller de los Ribas, solventa la
iconografía con la tradicional Inmaculada. La Madre de Dios se yergue
sobre dos ángeles de cuerpo entero, sentados y con los brazos enlazados
(posiblemente estas figuras sean añadidos posteriores).
En las facciones de la Virgen sobresalen los ojos cuyos párpados están
prácticamente cerrados; y los labios carnosos. María une las manos a la
altura del pecho y subraya de esta forma su gesto de arrobo místico.
Por último mencionar que la imagen viste con túnica y amplio manto que
revolotea al viento, sin distorsionar el eje de la figura.
Domus
Dei: Iglesia de San Pedro de Sevilla |
