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En
su origen esta bella talla fue un medio relieve de tamaño natural
colocada en la parte alta de un retablo. Anónima de escuela barroca
sevillana. Al desmontarse en 1960 el retablo que la sustentaba fue
reformada por el escultor Francisco Buiza, el cual suprimió el fondo liso
del relieve y la completó por atrás para que pudiese venerarse como
estatua exenta. Lleva una peana con cinco grandes cabezas de angelotes,
añadida con buen acierto plástico por el citado Buiza.
Recibe culto en un altar lateral de la
Capilla Sacramental de la iglesia de San Juan de la Palma, altar en el que
se veneraba antiguamente a Ntra. Sra. de la Amargura y San Juan
Evangelista antes de pasar a presidir el templo desde el camarín central
del altar mayor.
Esta imagen de la Inmaculada ha presidido varias veces el majestuoso altar
portátil que, para la solemnidad del Corpus, instalaba esta corporación
en la calle Francos.
Documentación: Sevilla
Mariana. Juan Martínez Alcalde. Guadalquivir Ediciones. |
