Ntro. Padre Jesús de las Penas de San Vicente
 

V  Estación                                Jesús es negado por Pedro

Pedro estaba fuera sentado en el atrio. Se le acercó una criada y le dijo: "Tú también estabas con Jesús, el galileo". Pero él lo negó delante de todos, diciendo: "No sé lo que dices". Al salir hacia el portal, lo vio otra criada, y dijo a los que estaban allí: "Este estaba con Jesús el Nazareno". Y él de nuevo lo negó con juramento: "No conozco a ese hombre". Al poco tiempo se acercaron a Pedro los que estaban allí y le dijeron: "Seguro que tú también eres de ellos, pues tu misma habla te descubre". Entonces él comenzó a jurar y perjurar: "No conozco a ese hombre". Y en aquel instante cantó el gallo. Entonces Pedro recordó que Jesús le había dicho: "Antes de que cante el gallo me negarás tres veces". Y saliendo fuera, se echó a llorar amargamente.
Del Evangelio según San Mateo. (26,69 -75)

 

VI  Estación                            Jesús es juzgado por Pilatos

Jesús compareció ante el gobernador, quien le preguntó: "¿Eres tú el Rey de los judíos?". Jesús respondió: "Tú lo dices". Pero nada respondió a las acusaciones que le hacían los sumos sacerdotes y los ancianos. Pilatos le dijo: "¿No oyes todo lo que dicen contra ti?". Pero él no le respondió nada, hasta el punto de que el gobernador se quedó muy extrañado. Por la fiesta el gobernador solía conceder al pueblo la libertad de un preso, el que ellos quisieran. Había entonces un preso famoso, llamado Barrabás. Pilatos preguntó a todos los que estaban allí: "¿A quién queréis que os deje en libertad? ¿A Barrabás o a Jesús, a quien llaman el Mesías?".
Del Evangelio según San Mateo. (27,22-26)

 

VII  Estación                        Jesús es condenado a muerte

Pilatos, le dijo: "¿Qué haré entonces con Jesús, a quien llaman el Mesías?". Todos dijeron: "¡Que lo crucifiquen!". El replicó: "Pues, ¿qué mal ha hecho?". Ellos gritaron más fuerte: "¡Que lo crucifiquen!". Viendo Pilatos que nada conseguía, sino que aumentaba el alboroto, mandó que le trajeran agua y se lavó las manos entre el público, diciendo: "Soy inocente de esta sangre. i Vosotros veréis!". y todo el pueblo respondió: "Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos". Entonces puso en libertad a Barrabás y les entregó a Jesús, después de azotado para que fuera crucificado.
Del Evangelio según San Mateo. (27,22-26)

 

VIII  Estación      Jesús es azotado y coronado de espinas

Luego los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio y reunieron en tomo a él a toda la tropa. Lo desnudaron, le vistieron una túnica de púrpura, trenzaron una corona de espinas y se la pusieron en la cabeza, y una caña en su mano derecha; y, arrodillándose delante, se burlaban de él, diciendo: "¡ Viva el rey de los judíos!". Le escupían y le pegaban con la caña en la cabeza. Después de haberse burlado de él, le quitaron la túnica, le pusieron sus ropas y lo llevaron a crucificar.
Del Evangelio según San Mateo. (27,27-31)

 

IX  Estación          Jesús es ayudado por el Cirineo a llevar la Cruz

Cuando lo conducían, echaron mano de un tal Simón de Cirene, que venía del campo, y le cargaron la cruz para que la llevara detrás de Jesús. Lo seguía mucha gente del pueblo y mujeres, que se daban golpes de pecho y se lamentaban por él. Jesús se volvió a ellas y les dijo: "Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad por vosotras y por vuestros hijos, porque vienen días en los que se dirá: Dichosas las estériles, los vientres que no han dado a luz y los pechos que no han amamantado. Entonces comenzarán a decir a las montañas: caed sobre nosotros, y a los collados: sepultadnos; porque si esto hacen al leño verde, ¿qué no harán al seco?".
Del Evangelio según San Lucas. (23,26-31)

 

Autor:©  Rafael Márquez

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