Virgen de la Fuensanta. Patrona de Huelma. Jaen::::::::::::::::RAFAES

Habitantes de Huelma mis compatricios: desde que tengo uso de razón recuerdo haber oido de mis mayores y mas anciano los innumerables beneficios, que la Majestad divina se ha dignado dispensar á este Pueblo por la protección de María Santísima, que con el título de la Fuen-Santa veneramos desde su prodigiosa aparición, con efecto recorrer la tradición no interrumpida en tantos años y vereis: que si en el de 1680 el Todo-poderososo descarga el azote de su justicia sobre este Pueblo con un terrible, y contagiosa pestilencia luego que se acordó trasladar la Santa Imagen de su Santuario á este Iglesia Parroquial para implorar su proteccion, y cuando tantos Ministros estaban de contínuo empleados en Administrar á los enfermos, los Santos Sacramentos, y otros que se ocupaban en la conducción de cadáveres, apenas entró la Sagrada Imagen cesó el mal acabó la mortandad, y con estas las demas causas que impulsaban el ejercicio de tan duras ocupaciones, convirtiéndose la aflicción en alegría, los sollozos en dulces cánticos de alabanzas á María Santísima de la Fuen-Santa: si se tocaba la necesidad de lluvias ó que la abundacia de estas causaban pejucio á los sembrados ó y a finalmente cualquiera otra de las calamidades, que Dios ofrece para castigo de los hombres, luego que se imploraba el auxilio de María Santisima se experimentaba el remedio. Mas, para qué recordar épocas anteriores? Nosotros mismos hemos conseguido los beneficios más eficaces por la intercesión de nuestra Medianera; y sinó traed á la memoria el dia 28 de agosto de 1811: bien sabeis, que habiendo permanecido en este Pueblo algun tiempo el batallon de tiradores de Cádiz, y otras partidas Españolas, apenas le desocuparon, cuando el General gobernador de las tropas Francesas en Jaén, lleno de furor mandó reunir las que tenía á su disposición en la Provincia, y dando preventiva órden para que entrasen en la población de Huelma saqueando las casa y degollando á sus habitantes sin distinción de clases ni personas, se puso en marcha, hasta que llegando a la madrugada á la era, o llanura, que dá vista al Santuario de nuestra Señora , mandó hacer algo, reunió á sus ayudantes, y les dijo estas palabras: “No sé que impulso superior ha caido sobre mi cabeza; toda la saña que traia contra ese Pueblo se me ha convertido en benignidad; por lo tanto dése órden á mis tropas para que no causen á vecino alguno el mas mínimo daño ni en sus casas ni en sus personas, sinó recibieren otra órden mia:” al punto se distribuyó la órden dada, y siguiendo la marcha llegaron al amanecer á cercar la Población, en la que entraron sin estrépito experimentándose solos las vejaciones, y molestias que siempre traian consigo las tropas Francesas en la época de guerra tan desastrosa; el cual beneficio tan singular es claro se debe á la protección de Maria Santísima:

Tambien sabeis que en el año de 1834 por especial intercesión de la misma Señora fuimos exceptuados del terrible azote del cólera morbo, que tantos estragos causó en toda la Nación, y aun en los pueblos mas inmediatos de esta circuferencia: Igualmnte sabeis que siempre que se ha traladado la Santa Imagen de su Santuario á la Iglesia parroqual para implorar su proteccion por necesidad de lluvias, ú otra calamidad hemos experimentado el socorro mas eficaz, últimamente seria demasiado molesto si hubiese de referir por menor los favores que con tanta repetición hemos recibido por mediacion de nuestra Patrona pero ellos son públicos y admirables; testigos son de esta verdad las columnas del Santuario que tantos monumentos sostienen de la beneficiencia de María Santísima; testigos son multitud de personas que particularmente han experimentado los efectos de su proteccion; y testigo soy yo miso que padeciendo una dilatada y penosas enfermedad con síntomas los mas alarmantes h e sido sostenido prodigiosamente por singular protección de Maria Santisima, por cuyo medio espero el total alivio: así que principiada esta Novena con anticipación, he continuado durante mi dolencia hasta concluirla en debido agradecimiento á nuestra Madre y Patrona, á quien la dedico, esperando de su excesiva bondad se digne admitir este pequeño obsequio de su humilde siervo; y de vosotros mis compatricios disimuleis mis defectos, y que por tan singulares beneficios os ocupeis subcesivamente en el piadoso ejercicio de esta Novena, de que hasta ahora se ha carecido, y por el que se implora la gracia de Dios por intercesión de nuestra Patrona y Señora Maria Santísima de la Fuen-Santa. Huelma 19 de febrero año del Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo de 1840.