2 de Octubre

Santo Ángel Custodio, Iglesia del Santo Ángel. Sevilla
Foto: Rafael Márquez

En la S. Biblia la palabra Ángel significa "Mensajero". Un espíritu purísimo que está cerca de Dios para adorarlo, y cumplir sus órdenes y llevar sus mensajes a los seres humanos.
Ya en el siglo II el gran sabio Orígenes decía: "Los cristianos creemos que a cada uno nos designa Dios un ángel para que nos guíe y proteja".
«Ángel santo de la guarda, compañero de mi vida, tú que nunca me abandonas, ni de noche ni de día. Aunque espíritu invisible, sé que te hallas a mi lado, escuchas mis oraciones, y cuentas todos mis pasos. En las sombras de la noche, me defiendes del demonio, tendiendo sobre mi pecho, tus alas de nácar y oro. Ángel de Dios, que yo escuche, tu mensaje y que lo viva, que vaya siempre contigo, hacia Dios, que me lo envía. Testigo de lo invisible, presencia del cielo amiga, gracias por tu fiel custodia, gracias por tu compañía».

Así de hermosa es la poesía con que dan comienzo las laudes de este día. En ella ya se encuentra sintetizada la espiritualidad y sentido de esta fiesta.

La existencia de los ángeles está fuera de duda y siempre la Iglesia los veneró y difundió su culto. San Gregorio Magno llega a decir esta hipérbole: «En casi todas las páginas de las Sagradas Escrituras está contenida la existencia de los Ángeles». 
El Antiguo Testamento habla repetidas veces de su acción prodigiosa en favor de los hombres: Un ángel avisa a Lot del peligro que corre Sodoma y el castigo que va a recibir esta ciudad. Un ángel conforta a la criada de Abrahán, Agar, cuando es despedida y camina por el desierto. Un ángel socorre al Profeta San Elías y le alimenta con pan y agua fresca por dos veces cuando huye de la persecución de la reina Jezabel. Un ángel acompaña y colma de gracia al joven Tobías y a su padre y demás familiares. Casi todo el libro de Tobías está en torno al arcángel San Rafael. También en el Nuevo Testamento aparece el ángel liberando a Pedro de las cadenas y abriéndole la puerta de la cárcel...

    Santo Ángel de la Guarda

En las vidas de los Santos, tanto antiguos, como Santa Inés, tanto de la Edad Media, como San Francisco de Asís, y, modernos, como Santa Micaela del Smo. Sacramento, Santa Gema Galgani y San Francisco de Sales... la presencia del Ángel de su Guarda en sus vidas es como algo inseparable.
Es doctrina comúnmente admitida que, al nacer, el Señor ya nos señala un ángel para nuestra custodia y que cada familia, cada pueblo, cada nación tienen su propio ángel. El sabio Orígenes ya decía algo parecido en el siglo III: «Sí, cada uno de nosotros tenemos un ángel que nos dirige, nos acompaña, nos gobierna, nos amonesta y presenta a Dios nuestras plegarias y buenas obras».

Vidriera de la Iglesia del Santo Ángel de Sevilla.
Foto: Rafael Márquez

Santo Tomás de Aquino dividió los Coros angélicos en nueve categorías diferentes: «Los Serafines, Querubines y Tronos, forman la augusta corte de la Santísima Trinidad; las Dominaciones presiden el gobierno del Universo; las Virtudes, la fijeza de las leyes naturales; las Potestades refrenan el poder de los demonios; los Principados tienen bajo su amparo a los reinos y naciones; lo Arcángeles defienden a las comunidades menores, y los Ángeles guardan a cada uno de los hombres».

[ Glorias de Sevilla: Ntra. Sra. del Carmen de la iglesia del Santo Ángel ]

[ Stmo. Cristo de los Desamparados del Santo Ángel restaurado. 2008 ]

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